LA CUESTION DE LA MUJER EN LA “INSTRUMENTUM LABORIS”

Comentarios críticos y expectativas


“No faltan tampoco demandas apremiantes para afrontar la cuestión de la mujer en la sociedad y en la Iglesia, ya sea subrayando que en las diferentes comunidades eclesiales se han dado pasos adelante –más relevantes y atrevidos en algunas, menos avanzados y más tímidos en otras– para eliminar visiones unilaterales de no pleno reconocimiento de la igualdad de dignidad y de iguales derechos y deberes de los hombres y de las mujeres en los diferentes sectores de la vida familiar y social, y de la aportación específica de las cristianas en la vida y en la acción evangelizadora de la Iglesia, ya sea reconociendo abiertamente que, en particular en algunas Iglesias, hay aún mucho camino que recorrer a este respecto.” (IL,48)

Esto es todo lo que hay sobre el tema “mujer” en las 46 páginas del Instrumentum Laboris para el Sínodo de Obispos de Europa. Y hay poca esperanza de que los obispos presentes en Roma se ocuparán de la igualdad de hecho de las mujeres en la Iglesia Católica Romana. Es por esto que son necesarias nuestras voces, por lo tanto invitamos a mujeres y hombres a expresar sus opiniones para que este sínodo no se limite a las habituales definiciones decepcionantes sobre la mujer en la iglesia y en la sociedad.

Enviar por favor vuestros comentarios, opiniones y críticas a i.thurner@tirol.com

1. “... la cuestión de la mujer en la sociedad y en la Iglesia” – Parece curioso que los obispos –finalmente– como una demostración de valentía, hablen del tema, cuando en nuestros dias la igualdad de la mujer en la política y en la sociedad se da por descontado en todas las leyes y normativas. Especialmente, una comunidad de fe que predica un Dios de Compasión dirigida de modo particular a los afligidos, los humildes y los pobres, y que consecuentemente espera esta misma actitud de los cristianos, hombres y mujeres, deberia estar en vanguardia cuando se trata de igualdad entre hombres y mujeres, en vez de ir a remolque de mala gana.

  • Por lo tanto, las mujeres católicas esperan del Sínodo de los Obispos de Europa declaraciones claras de lo que es evidente en nuestros días respecto a grupos étnicos y sociales: ser de género femenino no es ningún obstáculo para pertenecer completamente a Cristo, ser uno con Él, y que las mujeres también son “Herederos de la Promesa.” (Gal. 3, 26-29).
2. “... para eliminar visiones unilaterales de no pleno reconocimiento” – Una empresa (casi) imposible en tanto que varones, en virtud de su cargo, son los únicos que definen la dignidad de la mujer, su ser y su misión, y como consecuencia hacen de ellas objetos de cuidado pastoral, a quienes puede dictarse “qué es bueno para ellas.”
  • Por lo tanto, las mujeres católicas esperan del Sínodo de los Obispos de Europa una clara renuncia a hablar sobre la mujer y a definir su ser y su dignidad, si por otro lado no son aceptadas para iniciar el diálogo sobre los temas que les afectan, y mientras se les prohibe hablar de sus múltiples vocaciones y formas de vida.
3. “... la aportación específica de las cristianas en la vida y en la acción evangelizadora de la Iglesia” –  Practicar en la Iglesia es ante todo practicar de mujeres. Actualmente las mujeres son activas en todos los campos de actividad de la Iglesia Católica en donde tienen sus propias responsabilidades. Están ocupadas, ya sea de forma voluntaria o como asalariadas, en funciones que nadie les habría confiado hace algunos años. Están teológicamente formadas y están predestinadas a encarnar la bondad, el amor, la salvación y la misericordia – hacia los seres humanos a imagen de Dios.
  • Por lo tanto, las mujeres católicas esperan del Sínodo de los Obispos de Europa un claro abandono de la actitud tradicional, que reduce a las mujeres a su rol de madres, y les confía tareas con responsabilidad referentes a la vida y la evangelización sólo en el ámbito de la familia.
4. “... ya sea reconociendo abiertamente que, en particular en algunas Iglesias, hay aún mucho camino que recorrer a este respecto.” A esta confesión honesta deberían de seguirle hechos concretos. Ante todo, pues, se refiere especialmente a la Iglesia Católica. Las iglesias hermanas nos han precedido en este camino y nos han enseñado cuán enriquecedor puede ser, cuando mujeres y hombres trabajan conjuntamente como imagen de Dios y viven, despliegan y hacen visible esta humanidad englobadora también en la iglesia.
  • Por lo tanto, las mujeres católicas esperan del Sínodo de los Obispos de Europa en relación al ecumenismo, no una orientación unilateral hacia las iglesias ortodoxas considerando sólo su sensibilidad en lo concerniente a las cuestiones de la mujer (mientras que normas de estas iglesias relativas a los divorciados vueltos a casar y sacerdotes casados no son ejemplarizadas). La práctica de otras iglesias, por ejemplo respecto a la ordenación de mujeres o a la confirmación en los oficios con lo cual se les abre el camino de vivir su ser llamadas por Dios, debería tener igual peso que el rechazo de las iglesias ortodoxas. Sólo cuando las mujeres tendrán las mismas posibilidades que los hombres de seguir la llamada de Dios, será visible y tangible el que todos sean Uno en Jesucristo; ya que no hay este ni oeste, esclavo ni libre, hombre o mujer, sino plenitud de vida – personas que como hombre y mujer son llamadas a la encarnación de la imagen de Dios.
5. “... Tengo la firme esperanza que Maria, presente con los discípulos en el cenáculo, conducirá la fase final de la preparación y asistirá a los participantes durante los trabajos sinodales...” – Esta frase del prólogo del Instrumentum Laboris, escrita por el cardenal Jan P. Schotte, produce perplejidad. Desde siempre uno de los motivos del Vaticano para excluir a las mujeres del presbiterado, fue la referencia que Maria no estuvo presente en la Ultima Cena.
  • Por lo tanto, las mujeres católicas esperan del Sínodo de los Obispos de Europa que se redescubra Maria como la mujer del Nuevo Testamento que buscaba su camino en la fe, entendía bastante, no comprendía mucho y cada vez de nuevo luchaba por fe. Las mujeres esperan que imágenes femeninas de Dios y mujeres del Antiguo y Nuevo Testamento influirán por lo menos tanto en la vida de la iglesia como lo han hecho los hombres bíblicos y el lenguaje masculino de Dios. Ya basta que durante 2000 años las mujeres hayan sido ignoradas y suprimidas, al igual que su contribución esencial a la historia de la salvación de Dios con su pueblo!


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Webpage Editor: Ingrid H. Shafer, Ph.D.
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Posted 30 September1999
Last revised 30 September 1999
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